Excursión a Toro: Casa de Samaniego y las Bodegas Numanthia-Thermantia de Louis Vuitton-Möet Hennessy

El pasado sábado, con nuestros amigos de la Academia Madrileña de Gastronomia, tuvimos un espectacular día en Toro, no sólo por el tiempo, sino también por encontrarnos con amigos como Juan Antonio Fernández (que hacía dos días nos había presentado su Bodega), como Jesús Sedano (Alcalde de Toro y amigo de La Viña del Abuelo) y la Concejal de Turismo, Maria del Canto, también muy amiga de La Viña del Abuelo.

Comenzamos la Jornada en Rueda, donde nuestro amigo Miguel Pérez nos enseño su ilusión por el Queso que hace y por los nuevos "inventos" que nos dió a probar y que merecían , como dijo alguno, "por lo menos un par de estrellas michelin". Estaban impresionantes todos, y ni que decir tiene que nos llevamos todo tipo de quesos y de yogures, todos ellos de leche de oveja. Nos enseño toda su fábrica y las Camaras para ir curando el queso. Impresionante su trabajo y la emoción con la que nos hacía partícipe de todo.

Después ya nos fuimos a Toro, donde comimos en La Fragua, donde nuestro querido Pepe nos trató a cuerpo de rey y reina, probamos sus carrilleras y su bacalao,. así como sus callos, que merecieron la fama que tiene para el guiso. Todo ello regado con nuestro vino de La Viña del Abuelo, que hizo de la Comida un festín casi pantagruélico.

Después de la Comida, Pepe nos abrió la Bodega de la Casa de Samaniego (donde está el Restaurante) y pudimos enseñar ya a socios el sitio donde vamos a guardar las barricas del Concurso de Vino aficionado que será convocado en breve, y como podeis ver en las fotos, es una Bodega espectacular. Vamos a disfrutar mucho en esa Bodega, seguro.

Después, y era el Objetivo de la Visita, fuimos a visitar las Bodegas Numanthia-Thermantia, de Louis Vuitton-Möet Hennessy, donde nos recibió Rubén, el Responsable de Bodega, y nos enseñó toda la Bodega con todo detalle.Nos impresionó especialmente las "Cubas Míticas" donde se hace su Termantia, y la forma de elaboración, tan artesana y tradicional. Sus Salas de barricas tienen el sabor y los aromas propios del descanso del Buen Vino, y en cada rincón de la Bodega destacaba la profesionalidad y el buen hacer y el bien hacer del buen vino.

La visita terminó con una degustación de su vino Numanthia, que encantó a los presentes y para algunos, según dijeron, era el mejor vino que habían probado. Nos despedimos de Rubén y de su gente agradeciéndole todas sus atenciones y explicaciones, que fueron muchas y completas; y nos gustaría también darle las gracias de nuevo por la visita. Fué fantástica.

El día terminó reponiendo fuerzas para la vuelta tomando un café en una Terraza sobre el Duero. El día había sido largo e intenso, y todos volvimos a casa con un gran sabor de boca y con ganas de volver otra vez a Toro y a La Viña del Abuelo.


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